SUFRIENDO TAMBIÉN SE GANA
- El Hércules se impone a un duro Andratx tras una notable primera mitad pero una muy espesa segunda parte. Roger Colomina, uno de los grandes nombres de este comienzo, anotó el gol herculano.
JOAN ARJONES
En el sufrimiento también se debe aclimatar el equipo de Rubén Torrecilla. No será la última vez en la que el Hércules tenga que sufrir para aguantar un resultado, pero en la experiencia de hoy, donde se han tenido fallos tal y como decía Rubén Torrecilla en rueda de prensa, se debe a empezar a construir la imagen del equipo en estos difíciles escenarios.
Con dos cambios en el once, Jean Paul por Alvarito y José Artiles por Carlos de la Nava, salía el Hércules al José Rico Pérez para buscar la cuarta victoria seguida. El partido comenzo con dominio herculano, aunque sin crear peligro en exceso ante un Andratx, achicado en campo propio, que tuvo sus oportunidades al contraataque.
Pasada la media hora de choque, y dos minutos después de que el Andratx tuviera una gran ocasión para adelantarse en el luminoso, Jean Paul controlaba el balón en banda zurda y ponía un balón a la frontal del área pequeña para que un leve e inteligente toque de Roger Colomina acabará con el balón en el fondo de las mallas. El centrocampista catalán anotaba así su segundo tanto de la campaña y reforzando su ya insustituible puesto en el medio campo blanquiazul.
Hércules CF
Ese gol le dió al Hércules sus mejores minutos del partido. Llegó con peligro, lo intentó peligrosamente con disparos lejanos y pudo poner el 2-0 en el marcador antes de un pitido final con el que acababa la primera mitad.
Con ese pitido también terminó la fluidez del conjunto de Torrecilla. Los dos conjuntos adpotaban otro rol distinto a lo acontecido en la primera mitad. El Hércules, en los pocos acercamientos que tenía, no creaba peligro y el Andrtax obligó a Carlos Abad a intervenir en varias ocasiones para evitar el gol de unos visitantes que estuvieron desafortunados de cara a puerta y no supieron aprovechar los fallos del bloque blanquiazul.
El Hércules terminó el partido adoptando los sentimientos y emociones que, normalmente, sufre la grada en mayor medida. Sufrimiento, miedo y nervios. El alivio en el Rico Pérez, en todas las partes del mismo, llegó cuando el colegiado dió por finalizado el encuentro.
Las sensaciones en la grada fueron las mismas que en el vestuario. La resistencia de la temporada pasada sabía que este era un partido que el año pasado no se ganaba: "En el vestuario el comentario de algunos jugadores era que este partido el año pasado no se ganaba y este año sí" comentaba el míster extremeño.
El conjunto herculano recupera así la moral tras una dura derrota en el Narcís Sala y viajará a Ibiza con doce de quince puntos en el casillero. Las sensaciones no fueron tan buenas como en los primeros tres encuentros pero es un hecho que los partidos espesos, sin fluidez y cargados de sufrimiento van a llegar esta temporada, este no será el último ni el penúltimo. También debe el Hércules saber como jugar, sufrir y ganar en encuentros donde el encuentro se complique más de lo debido. Superar los malos días debe ser una virtud, de una manera u otra, de la plantilla.
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